viernes, 25 de julio de 2008

21: 21 6 de mayo del 2008

Suspensión. Se está en cierto aspecto, nunca en todo sentido. Lo real y lo irreal, fenomenología. ¿Acaso puede ser? Sentido, derivación de el sentir. Se tiene sentido cuando se siente. Solo en lo correcto.

Inmersión. Dentro y afuera. Aspectos relativos. Ni negación ni inclusión → Convivencia.

No se si se agote el pensar, quizás tenga fecha de vencimiento. Hoy. Sólo un deseo, una ilusión, una pequeña idea entre miles. Pasos → dirección → sentido → vuelta → razón (caos)

Se estudia y se aprende. Cierto orden en la relación aunque no se sienta la pertenencia.

Inexistente, tan solo un sentir → Convivencia. (Doble conclusión)

En cierta forma podría llamarle “corriente de la conciencia interrumpida. Simple esquema conceptual con cierto hilo conductor. Podría encontrarle infinitud de verdades sin recordar la primera, gatillante de todo concepto. Incluso, se puede hablar de una pequeña meditación individual meramente conciente de su relación.

Creo que escribo por escribir, por garabatear cierta ilusoria intelección de aquello que pudo haber cruzado por mi cabeza. Estoy bastante agotado y ni siquiera era conciente de ello. Siento el dejo y el fluir, aunque de manera realmente diversas. Múltiples alteraciones de la percepción y todo se reordena de manera totalmente distinta y extraña. Creo que es el sentido común aquello que une. Sentido común… la verdad no entiendo muy bien lo que implica. ¿Cierta costumbre implícita a priori en nosotros?

Basta de teorizar. Creo que es inútil todo esto.

Dejó el lapiz.

martes, 22 de julio de 2008

Viernes, sabado, domingo, lunes, martes, miércoles



Por más vivido que tengo el sentimiento de aquel día, los hechos concretos se han ido desperdigando por mi memoria. Recuerdo la ansiedad que tuve los días siguientes por escribir aquella velada con el mayor lujo de detalles que me permitiera mi memoria, de manera de lograr recordarlo todo, o al menos, la mayor parte de ello. El efecto me habrá durado una semana. Quizás más, es difícil decirlo después de tanto tiempo. Nunca lo escribí. No porque no haya querido, sino porque que quería comprar primero un libro en donde escribirlo. Hace algún tiempo atrás que andaba con la idea de escribir ciertas memorias que me pareciera importante recordar, o tan solo, algún libro donde poder garabatear una que otra ocurrencia. Aún hoy me arrepiento de no haberme sentado a escribirlo, sin importar donde. Después de todo, el lugar en donde reposaran las palabras, ahora que lo pienso, era el detalle menos importante.

Me produce profunda tristeza saber que por más que trate, nunca lograré plasmar satisfactoriamente lo que significó para mí. Las palabras correctas se perdieron con la espera. Yo sé que el recuerdo quedará impregnado en cada acto que ejecute hasta el momento de mi muerte, pero me es inevitable lamentar la pérdida. A veces me pregunto si todo aquello realmente pasó. Quizás haya tenido el más bello sueño que mi mente ha logrado concebir, quizás no haya sido más que un alegre delirio. Más, me gusta creer que todo sucedió de manera tan real como que yo escribo ahora. Me siento profundamente feliz de sentir el peso de la realidad de los hechos cada vez que escucho su voz. Aquella voz que juras no volverás a oír en tu vida. Aquella voz que sabes, con infinita certeza, extrañarás profundamente en el momento en que abras los ojos. Y por más imposible que pudiera parecer, aquella misma voz me repite infinitas veces cuanto me quiere cada día. Sé que nunca entenderé como pudo ocurrir. A veces los sueños toman aquella textura inconfundible de aquello que llamamos realidad. A veces, la realidad toma aquel matiz inconfundible de aquello que llamamos soñar. Y no tenemos más que dejarnos llevar por aquello que no entendemos, más disfrutamos como si hubiéramos esperado toda la vida por ello.

Al momento de sentarme a escribir pensé en escribir los vagos recuerdos de aquel día. Pero la verdad es que me da cierto miedo. Temo arruinar con mis toscas palabras la perfección de un recuerdo convirtiéndolo en un escrito a simple vista imperfecto. Es tan difícil como escribir sobre un sueño. Aquellos en que el tiempo parece ir en sentido contrario, en el que a veces ignoras por completo si existe del todo tiempo. Recuerdo una puesta de sol, la noche y un amanecer. Pero me es completamente desconocido si amaneció antes de ponerse el sol, o si se oscureció al amanecer. Ojala pudiera volver en el tiempo para escribirlo en el momento adecuado. Quizás no sea tarde aún. Tengo la más fiel de los testigos, pero temo su historia. ¿Y si era ella quien soñaba?

lunes, 14 de julio de 2008

Desconocido Ladrón de Extraños


Extraño. Hoy en día todo me parece extraño. Extraña mi imagen frente al espejo, extraña mi manera de ser, extraña tu manera de ser, extraño escribir mi extrañeza. Y no lo se. ¿Será que no veo las cosas de la manera correcta? Soy un completo extraño, soy un extranjero en mi mente. Olvido. Quizás olvido porque intento escabullir mi nariz en tierras desconocidas. Quizás no olvido. Quizás sea que a veces logro robar una que otra idea que no me pertenece. Soy un desconocido ladrón de extraños. Y no lo entiendo. Puede que te conozca mejor que tu. Tú no me conoces. Te enfadas cuando a veces no encuentras lo que buscas. Fui yo. ¿Acaso no te das cuenta? Deberías saberlo a estas alturas, ya llevo muchos años en el negocio. A veces me pregunto si vale la pena. Otras… no me permito preguntármelo.